Una herramienta usada por los países en vías de desarrollo para encaminar su crecimiento hoy por hoy, es el turismo. Con el turismo no solo se dan a conocer las maravillas que tiene nuestro país, sino también su gastronomía, su historia y nuestra cultura que es muy diversa.
Dada la coyuntura política en estos días, este sector (turismo), que ha sido golpeado muy fuertemente por la pandemia, hoy le toca asumir otro duro golpe dado por las protestas en todo el país, siendo más específicos en el sur del país.
Los departamentos como Cusco, Puno y Arequipa son lugares donde se han notado más manifestaciones, pero a la vez son los más afectados en cuanto al turismo se refiere. Cusco sobre todo, es el más afectado por las maravillas que tenemos no solo como destino turístico por Machu Picchu sino por su variada gastronomía.
Según Apavit, el 80% de las reservas hoteleras han sido canceladas en el mes de Enero dada la coyuntura. Este perjuicio no solo impacta de manera negativa en la industria hotelera, sino también en su gastronomía, en el transporte, en la textilería, en la industria cerámica y orfebre, entre otros.
Los pequeños productores hoy por hoy son los más afectados. Se tiene que entender que atraer divisas (dólares) para lograr un bienestar común y un crecimiento son imprescindibles en un país en vías de desarrollo. En un esquema básico de exportaciones, se exporta un producto o servicio y se recibe un pago por ello; una divisa (dólares). En este caso, los turistas llegan al Perú con la finalidad de conocer nuestro país, nuestra cultura y nuestra gastronomía; entre otras. Entonces esas divisas vienen aquí a nuestro país y se gastan en servicios y productos que nosotros los peruanos desde los pequeños productores hasta las grandes empresas podemos producir y servir.
El hecho de que se hayan cancelado el 80% de reservas hoteleras nos dice a todas luces que van a venir turistas en menor cantidad o en todo caso ellos no vendrán hasta que cesen los problemas más aún en el sur del país.
En este contexto si bien las pérdidas del sector turismo pueden ser muy elevadas, dada la coyuntura no debemos olvidar el efecto multiplicativo que tienen los ingresos y el impacto negativo en la economía que trae las manifestaciones en el sur del país.
El consumo depende de los ingresos, y los ingresos se obtienen mediante el trabajo, ofreciendo un servicio o vendiendo un bien a un turista o alguien que requiera de ellos. Es por ello que hay que tener en consideración que no solo se afectan a las grandes empresas, sino que también se afectan a los pequeños productores y a las familias de las regiones; porque como no hay turistas, no hay consumo de bienes ni de servicios que estas regiones ofrecen, la divisa no circula y no genera más consumo que puede aprovecharse de manera directa o indirecta por las familias.
Dicho de otra manera el dinero no circula en la economía generando más puestos de trabajo, sino que el sector paraliza a otros sectores que están unidos al turismo, como por ejemplo el transporte (mediante el servicio de taxi), la textilería (por la venta de nuestras telas de alpaca y algodón; entre otros), la gastronomía (en la elaboración de nuestros platos típicos), la cerámica y la orfebrería (con nuestros cerámicos Incas y las joyas en plata y oro de muy baja calidad), a todo ellos también podemos sumarle los traductores, bares, discotecas y muchos servicios adicionales que los turistas requieren cuando vienen al Perú. Es por ello que a mi parecer el impacto negativo de las protestas en el sur del país no solo afecta a las grandes empresas sino que impactan de una manera más fuerte y significativa en las pequeñas empresas y más aún en las familias más pobres de las regiones antes mencionadas.
Artículo elaborado por: Econ. Alfonso R. Salazar Guevara