El Espíritu del Bicentenario
El día de hoy la Presidente de la República Dina Boluarte dio un mensaje a la nación en donde invoca: “El Espíritu del Bicentenario”. Este espíritu al cual invoca en su discurso se vio resquebrajado desde un primer momento gracias a la mala administración, a los casos graves de corrupción y el golpe de estado de su antecesor Pedro Castillo; y aunque la sucesión fue perfectamente constitucional, cabe señalar que la plancha presidencial del partido Perú Libre estaba integrada por las dos personas antes mencionadas, vale decir Pedro Castillo y Dina Boluarte.
No se puede hablar de un “Espíritu Bicentenario” cuando su antecesor en primer lugar lo único que busco desde un primer momento fue enquistarse en el poder, para poder llevar a cabo un ideología Comunista, Marxista y Leninista que tiene como su principal precepto la extinción de los derechos fundamentales de las personas y empobrecer al país y con ellos a las personas con la finalidad de buscar una igualdad irreal a través de una “Dictadura”; ideología política dentro del ideario del partido Perú libre con el que la actual Presidente llegó al poder.
Los actos vandálicos mal llamados «protestas» y que distan mucho de ser llamadas “protestas pacíficas”, que han originado muertes y heridos a las familias de ambos lados originados por pequeños grupos de personas de ideologías extremistas y que solo buscan la impunidad de sus actos, colocando en primer lugar una ideología política en lugar de los valores morales, muestran la grave situación moral que en la que se encuentra el país en estos momentos. Esta falta de valores aunado a la mala información y extremismos trae consigo odios y rencores que lo único que logra es la división de los ciudadanos tanto política como social.
Todos los peruanos anhelamos un Perú mucho mejor del que tenemos hoy, con mejor seguridad, menor desigualdad, con una pobreza con tendencias a la nulidad y sin corrupción. El principal problema hoy por hoy, es la corrupción que está enquistada en muchos estamentos del estado, el ejecutivo no está exento de este mal. La corrupción propiciada desde el primer momento e incluso desde antes de asumir el mando por el ex Presidente Pedro Castillo no generan confianza ni mucho menos alientan a un “Espíritu Bicentenario”.
Por otro lado, la rendición de cuentas es muy importante para los gobernantes y rescatar desde un inicio la falta de iniciativa o falta de memoria de su antecesor en cuanto al bicentenario es un buen punto de partida en aras de enmendar errores que si bien es cierto no eran suyos de manera directa; pero sí de manera indirecta ya que recordemos que la actual Presidente y su antecesor pertenecen a la misma plancha presidencial y por ende las mismas ideologías políticas.
En conclusión, son muchos los problemas que hoy en día afecta al país, pero el peor de todos es la corrupción. Esta corrupción aunado a la economía del “tarjetazo” con poca o nula meritocracia ni profesionalismo hace que este gobierno coloque a personas no idóneas e incluso repetitivas en puestos claves trae consigo una gran desconfianza mermando así el: “Espíritu Bicentenario”, del que pregona hoy la actual Presidente de la República Dina Boluarte.
Artículo elaborado por: Econ. Alfonso R. Salazar Guevara.
